2- LIBERAN A GENDARMES DE EMBARCACION SOSPECHADOS DE HACERSE RICOS VENDIENDO PRODUCTOS DE CONTRABANDO
Estuvieron presos dos semanas
Que los gendarmes se queden con la mejor coca o comercien parte del contrabando que incautan no le sorprende nadie. Tanto se habla y se ha hablado al respecto que parece normal. Aceptado bajo poncho. Siendo que hasta un niño sabe que se trata de un delito mayúsculo así sea que te vendan una miserable hojita de los secuestros o lo que se pega en el dedo babeado de bica. O el cordón de una zapatilla trucha del otro lado. La especie proviene de la usina bagayeril que es parte interesada dentro de una puja donde la infamia puede ser una presión interesante. Por eso nunca paso del puterío. De esos que uno asiente para no pasar por boludo, por inocente, que se chupa el dedo.
Los que lo entienden como una verdad oculta habrán embozado su sonrisa mas canchera al enterarse el 8 de enero que en doce allanamientos ampulosos detenían a 8 gendarmes de la Sección Embarcación, incluido el jefe Jorge Correa da Silva (35) un primer alférez, sospechados de integrar una organización de camorra que vendía mercadería de contrabando en todo el NOA con reducidores civiles en papel de socios. Según el juzgado federal secuestraban una montaña de contrabando guillado listo para ser despachado a través del “Agucho” Agustín Espinoza (36), un jujeño, y su mujer “Yoli” de Pichanal, la conexión de calle de los uniformados. A la mierda, pensaba uno. Once delitos les reprochaban desde asociación ilícita, pasando por exacciones ilegales y contrabando agravado. Cuarenta y ocho mi años de cárcel sumaban si era cierto.
Trascendía que manejaban montos de veinte a treinta mil pesos por fin de semana lo que había permitido la compra de despampanantes camionetas que formaban parte de la evidencia criminal en el inaudito operativo presentado como de autodepuración de la Fuerza. Una denuncia anónima puso en marcha la cuestión y varios apostaban a una interna de gendarmes en la que nadie era inocente. Una lucha de territorio. De mercados. De negocios. Por algo habían dejado afuera a los del Escuadrón 20, aducían. El tarro de áca, si se nos permite la burda, salpicaba a todos. El 19 de enero, en el marco de la investigación, caían otros dos gendarmes. Ya eran 10 los de la banda verde.
El jueves 21 el juzgado les denegaba la excarcelación aunque al día siguiente los largaba a todos. Continúan vinculados a la Causa que, entendemos, habrán bajado la carátula, o no era tanto lo que tenían, o no era nada.