5- EN TERRIBLE ACCIDENTE MUERE MATRIMONIO QUE VENÍA DE VELORIO EN BOLIVIA Se metieron bajo un camión estacionado           Sin saberlo venian de un velorio e iban a otro. EL PROPIO. Atrapados en una jugarreta cruel fabricada por el destino. Eran un matrimonio residentes en Perico, Jujuy. Él, un salteño de 62 años llamado Leandro López. Ella, Pastora Cari Arancibia, una mujer nacida en Potosí de 55 años. Regresaban de Bolivia por el ramal de la ruta 34 el décimo día del año en su Kangoo nueva. Habían pasado la Colonia Santa Rosa sin novedad y se aproximaban al puente de las desgracias de Río Seco. El reloj digital del tablero marcaba las diez de la noche. su estado de conciencia a juzgar por el piturro con vino que la policía iba a secuestrar de entre los fierros retorcidos del auto amén del olor ácido que emanaban sus cuerpos, no era el recomendado para manejar a más de cien kilometros por hora.      Pasó a la altura del mojón 1301. Se ve que no conocían el camino. Viniendo del norte hay una ondulación que desemboca en el peligroso puente anterior a Urundel. Aparece de golpe pero hay carteles de advertencia mucho antes. No los vieron o no les dieron bola. Porque la frenada grabada en el asfalto inmediata que se incrustaran en un camión se verificó a unos pocos metros. Se olvidaron o no sabían que pr la obra en construcción de un nuevo pasaje del río en la zona hay banderilleros que ordenan el tránsito de los vehículos haciendo parar los de un lado para que pasen los del otro.      En esa situación estaba el semi del mendocino René Carmelo Ruscitto (41) parado con las baliz as encendidas esperando la orden para continuar. A decir verdad el chofer, aprovechando el corte, había bajado para estirar las piernas y descargar la pis en un árbol.      El chorro se le cortó de miedo con el estruendo de trituradora que escuchó detrás de su trasporte. La Kangoo se había fundido por debajo cortada al medio y en su interior nadie había sobrevivido en una desorganzación anatómica macabra que no dejaba aveturar la cantidad de muertos.      El fin de la pareja fue instantáneo. Ni se deben haber dado cuenta. Guillotinados por los fierros y los vidrios desgajados en la embestida. Se encontraron con el camión delante a una velocidad que impedía cualquier reacción. Venían medio dormidos o dormidos del todo anesteciados por las bebidas. Nunca llegará a saberse.